¿Con esa boquita decis mamala?

Peleas, discusiones, rumores, enojos, rencores, insultos, y muy poca autocrítica y humildad...; de afuera hasta parece que se perdió con Uruguay, que Chile no nos dio ninguna mano y que no viajamos a Sudáfrica. Pero pasó todo lo contrario. La Selección se metió en el Mundial y ganando por primera vez en 33 años en Montevideo.

Y cuando todos esperábamos que con los resultados llegara la paz, las declaraciones de Maradona y de algunos jugadores dejaron bien en claro que con gran parte de la prensa la paz no va a llegar nunca.

Diego le dedicó el triunfo a su familia, y a la gente que lo bancó. ¿Y Los demás? "Que la sigan chupando". El Diez, rencoroso por algunas críticas que parecen haber dolido, fue contundente y salió con los tapones de punta contra todos "sus contras". Después un poco más tranquilo agradeció a Bielsa pero no por la mano que finalmente no necesitamos, sino por el apoyo que le brindó el loco después de la derrota con Paraguay.

Por el lado de los jugadores, la mayoría salió a bancarlo desde el silencio, salvo el capitán Javier Mascherano quien también demostró su enojo con los medios por algunos comentarios que no tenían que ver con lo futbolístico.

En el otro extremo, y mucho más autocrítico estuvo Verón. La bruja pareció el más realista diciendo que por la costumbre argentina de clasificarse no había nada que festejar, y reconociendo, por otro lado, que todos se iban a tener que encerrar a pensar y a hacer un análisis sobre lo que pasó. Pero para los contras de la Selección, según Verón, todo está mal hecho.

Y por último, la humildad a las declaraciones la trajo el cordobés Mario Bolatti, que luego de marcar el gol del triunfo y un poco incrédulo de su merecida realidad, reconoció que se le cumplió un sueño.

Lo único que quedó claro en medio de esta guerra de declaraciones y críticas es que la selección de Maradona va a estar en Sudáfrica. Pero seguramente, todos deberán dejar cosas de lado, y como dijo Verón, para que haya una Selección competitiva, habrá que hacer una dura autocrítica.